25 de junio de 2025

Quince veces tú, Samuel

Quince años después, Samuel, el recuerdo pesa. Su gravedad avanza lentamente derramando sensaciones etéreas pero tangibles, conduciéndome hacia la certeza del amor puro, de mi amor hacia ti, ese lugar donde sigues brillando sin caducidad preferente; paseándome, mientras tanto, entre paisajes que me transportan a espacios donde un te quiero culmina en unos brazos que acunan. Y ahí (re)poso, aferrado a la vida vivida. Y desde ahí camino con mil preguntas incontestables en la cabeza; pero con la innegable respuesta de haber conocido el amor, de haber sabido de un <<para siempre>>. Desde ti voy y hacia ti llego, circundando nuestros momentos, nuestra vida, pululando alrededor de aquellos días de caricias que sostenían deseos e ilusiones, y por qué no, justicia.

Hoy amaneció otro 25 de junio injusto, reamaneció de nuevo. Y celebramos tu (no)cumpleaños con la certidumbre de sabernos afortunados, con el orgullo de estar cumpliendo mi promesa, que habla más de mí que de ti, con la felicidad de ver crecer esta deuda sin dominio adquirido. 

La vida es un hilo irrompible si la llama de lo necesario permanece encendida. Es la huella que no borrará el paso del tiempo, artefacto humano que solo entiende de imitaciones. Es pulcritud, es la fuerza que genera una nana, el mejor lugar para vivir por siempre. La vida es un padre y un hijo que siempre caminarán asidos, como si uno fueran, aún cuando el aire solo pudiera (¿quisiera?) ser testigo de un cuerpo. 

La vida eres tú, Samuel. En mí. Conmigo.

Cuando el Sol se pone 
es la estrella que da luz.
Quiero repetirte 
que no hay nadie como tú.
Duo Dinámico (1960). 
Quince años tiene mi amor.

 

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