29 de mayo de 2011

Y todo tomó sentido...

Mis padres me enseñaron a salir de los sitios antes de que me echaran. Salir en el momento preciso es importante para guardar bonitos recuerdos en ese lugar de tu corazón donde quedan enmarcadas las imágenes de las cosas importantes de tu vida.

Yo nunca supe, ni quise, compartimentar mi vida. Ni vida laboral, ni  vida futbolística, ni vida personal, ni nada por el estilo. La vida es una e indivisible y entenderlo así te hace poner todo lo que tienes en el escenario cada vez, sintiendo todo lo que haces.

Mi amigo Fernando me dijo el otro día: "14 temporadas en el Madrid no tiene mérito, 14 temporadas en el Pino Montano... eso sí que se merece un homenaje". Y ayer fue el turno de despedirme, despedirnos unos cuantos, de otro de los clubs de mis (nuestros) amores.

Cuando ves tanta gente querida acompañándote en tu último ratito, ves que todo ha valido la pena. Toman sentido los sinsabores, las penurias económicas, los miles de kilómetros por la Sierra Sur sevillana (que me la conozco al dedillo). Toman sentido las derrotas y los descensos. Toman sentido los malos pases, los goles recibidos en el último minuto o las duchas de agua fría entre aromas indescriptibles.

Todo toma sentido cuando tu club te rinde un homenaje muy por encima de lo merecido.

Ayer fue un día inolvidable para mí y para mi gente. Y todo os lo debo a vosotros. Gracias amigos, gracias compañeros, gracias gente necesaria.

Invertí en sentimientos. Recogí sentimientos. ¡Qué más puedo pedir!

¡Pino Montano verivé!

Día 1 d.PM
Domingo 29 de mayo de 2.011

27 de mayo de 2011

Momentos y licencias.

Desde entonces existen dos palabras en nuestro vocabulario que solo podremos escribir con letra mayúscula. La una hace referencia a lo vivido y la otra a lo que no viviremos, a lo que nos estamos perdiendo. Suena egoísta. Es centrar todo esto en el dolor de unos padres sin hijo. Pero hoy necesito volver mis ojos para mirarme un poco, para tomar introspectiva. Porque existen momentos de agobio, de dolor inmedible, de gritos ahogados en océanos sin memoria, de pechos que viven alejados de las calles y los ruidos, de soledad en compañía.

Es complicado, y duro, salir poco a poco de todo y esperar en cualquier lugar, sin ver más allá de lo que tus pupilas alcanzan a contemplar. Es duro, y complicado, imaginar que tu camino no estará nunca enlosado con baldosas amarillas y que, en su final, no te espera la tierra de Oz, aquella en la que todo era posible.

El mar, un par de veces al día, pierde la partida frente a la arena, y se retira con aires de grandeza, sabiéndose vencedor en la próxima batalla, porque la costumbre así se lo asegura. 

Volveré para vencerte, aunque sea un par de veces al día. Hasta que la eternidad comprenda que mis fuerzas son infinitas y que no habrá tristeza en mí que me quite las ganas de sonreír por la más nimia de las situaciones por vivir.

Y será entonces cuando SIEMPRE y NUNCA no vengan teñidas de soledad.

Ahora que todo empieza a aproximarse.
Viernes 27 de mayo de 2011 

23 de mayo de 2011

Querer, poder y saber.

Hoy me he sentado ante el ordenador para escribir alegres sensaciones. Hoy quiero empezar un post de vida, aunque la sonrisa sea peor musa que la lágrima. Quiero centrarme en todo lo bonito que tengo, porque quiero que hoy, ahora, mi vida tenga sentido. No quiero esperar para ser feliz, porque necesito carcajadas a la par que empiezo estas letras que no sé si sabré acabar.

No quiero pasar mi vida en una estación de tren, en una parada de autobús, esperando esa línea que me lleve a algún país aún desconocido. Y es que no quiero vivir esperando un futuro mejor que el presente que vivo. Quiero extraerle el jugo a una vida, invivible por momentos. Quiero ver lo bonito de un callejón sin salida, la luz diferente de una noche de invierno cerrada, el sonido peculiar de un atasco. 

Quiero hacer todo eso. ¿Alguien sabe cómo?

Por ti, ahora.
Lunes 23 de mayo de 2.011

16 de mayo de 2011

36 años después...

Cuando uno ha tocado el amor con las manos,
es más sencillo saber amar, es más sencillo ser amado.


Enhorabuena y felicidades.
Os queremos
Lunes, 16 de mayo de 2010

11 de mayo de 2011

Preparados...

No es posible prepararse para no sentir tristeza. Es imposible que algo duela menos de lo que duele, porque los sentimientos cuando explosionan son incontrolables e inmedibles. Eso lo tengo bastante claro. Tan claro como que sí es posible preparase para vivir en la tristeza, para saber que tu vida puede cambiar y que si lo hace no debes agobiarte, que la tranquilidad es tu mejor aliada y que llorar no mata. Ahí está el quid del asunto.

Por eso, cuando vimos cómo Samuel involucionaba después de su operación y cuando nos dijeron que todo tendría el peor de los finales posibles, mi señora y yo nos preparamos para vivir tristes. Nos convencimos con conversaciones de sofá, de cama, de salas de espera. Y nos ha servido mucho. Era cuestión de tener claro que la tristeza nos acompañaría durante mucho tiempo y entender que necesitaríamos mucha paciencia para encarar los meses posteriores e incluso los años que nos quedan por vivir. 

Ahora estamos en un momento raro. Y sabíamos que pasaría. Buscamos nuestro segundo hijo, en este caso niña, Paola, sabedores de que nos sentiríamos extraños durante muchos meses. Extraños por acariciar una barriga en la que no estaba Samuel o por imaginar su cuna con otra cara y otro cuerpo. Y esta preparación nos está ayudando de nuevo; porque tranquiliza saber que todo lo que nos ocurre es "normal", que la reinvención de nuestra vida va por buen camino, que estamos justo donde tenemos que estar.

Y, desde este lado del espejo, aprovechamos algunos ratitos y nos preparamos para el momento del nacimiento, que intuimos tan feliz como duro para ambos, porque todo se recrudecerá y reviviremos aquellos días en los que nuestra ignorancia nos convertía en los padres más felices del mundo. Y cuando Paola llore su primera vez, cuando se monte en el carro, cuando tome el pecho de su madre o cuando dé su primer bostezo, echaremos más de menos a nuestro niño si cabe. Pero todo será desde la tranquilidad, sin agobios, sin impaciencias... y con lágrimas.

Todo eso llegará, claro. Y sentiremos de nuevo. Y lloraremos de nuevo. Y volveremos a desconocer si nuestras lágrimas serán hijas de la alegría o de la tristeza. Pero nos volverá a dar los mismo, porque esas mismas lágrimas serán la demostración palpable de que necesitamos el recuerdo de Samuel para avanzar y que Paola, y su despreocupada felicidad, ya está con nosotros.

Hablando de pre-sentimientos
Miércoles 11 de mayo de 2011

8 de mayo de 2011

Ahora me lo permito.

Me doy cuenta, con el paso impasible del tiempo, que los ratitos de tristeza son necesarios en esta tarea de hilvanar un corazón descosido. Hace meses, todo dolía tanto, que el miedo se apoderaba de nosotros e intentábamos no caer en los tentáculos del recuerdo, para que la cinta andadora ganara en velocidad y el tiempo, cual parche viejo de tela, fuera remendando poco a poco todos los pesares. Básicamente, era cobardía, miedo a caer y tener serias dificultades para levantarse. Porque de vez en cuando nos asomábamos al pozo, más por obligación que por curiosidad, y aquello no tenía fondo alguno; ni siquiera cubo y cuerda a los que asirse como último trance. 

Hoy sé que todo fue necesario. Y que nuestro cerebro es más listo en modo automático que en modo manual. Quizás se activó el mecanismo de supervivencia y entendimos, por fortuna, que no era momento para pararse demasiado. Era momento para dejar salir, para fluir, para dejarse atrapar por la rutina más rutinaria y empujar las agujas del reloj lo máximo posible. Era tiempo para eso. 

Ahora, poco a poco, van llegando nuevos tiempos. Estamos un poco más recuperados del trauma y, aunque la sensación de vacío es infinita, volvemos a necesitar momentos tristes y abrazos entre lágrimas. Simplemente, porque ya nuestro corazón tiene los remiendos necesarios para aguantar nuevas lágrimas de vieja tristeza. Y ahora las necesitamos para no caer en lo inhumano, en la frialdad innecesaria. Rompemos la rutina sin miedo, para darnos un abrazo pensando y llorando, llorando y sintiendo, sintiendo y recordando. Y eso, se convierte en conveniente, e incluso en imprescindible, para poder seguir adelante. Para poder sonreír mañana. Para dar nuevos sentidos a estas vidas desangeladas por momentos.

No tengo miedo a la tristeza. He aprendido que puedo ser feliz aún siendo triste. Sé que mi cota de felicidad ya llegó. Sabemos que no seremos nunca más felices que aquellos días de junio en los que aún éramos ignorantes. Lo sabemos. Pero no nos agobia, ni siquiera nos preocupa en demasía, porque esto no significa que la nueva felicidad que nos espera, aún con matices, no merezca la pena ser vivida. 

Si algo tienen los momentos tan duros es que te dan una lección vital inolvidable: ¡¡VIVE!!

Ahora entenderás que
me haya quedado con las ganas
de bailar una sevillana 
con mi mujer y Paola...
Domingo (de feria) 08 de mayo de 2011

5 de mayo de 2011

A los que no tengo el gusto...

Hace tiempo vengo recibiendo, de vez en cuando, mensajes privados de personas que siguen este blog personal y sienten la necesidad de ponerse en contacto conmigo. Son desconocidos para mí, aunque yo no para ellos; en eso están todos de acuerdo. No escatiman elogios en esos mensajes, en los que, por qué no decirlo, se atisba incluso hasta admiración en algunas palabras que me (nos) dedican. Sienten la necesidad de mostrarme su apoyo, su cariño, para que nos sintamos acompañados. Y a mi, todo esto, me abruma. 

Este blog nació allá por verano de 2006, como puro entretenimiento. Siempre me ha gustado escribir. Antes lo hacía en papeles sucios, en libretas viejas, en hojas que al final desaparecían. Seguro, desde el nacimiento de las redes sociales, el blog ganó "seguidores"... bueno, mejor dicho, personas que leían con más o menos fidelidad los escritos que este corazón en reformas ha ido depositando. Me siento agusto escribiendo y lo necesito para mí. Es puro egoísmo. Escribo para no enfermar (senti)mentalmente. Es mi vía de escape, es mi necesidad de ordenarme, de dar salida a muchas opiniones, sentimientos, reflexiones, preocupaciones, ilusiones, etc. 

Pero lo que más me ha llamado la atención, incluso me ha sorprendido, es que a algunas de estas personas estas reflexiones les está sirviendo para afrontar sus problemas personales, incluso citándome frases literales de mis escritos como lema para reconducir su vida en momentos de agobio. Esto traspasa cualquier frontera de lo que en el día más optimista de mi vida pudiera presagiar para este modesto blog. 

Y además, me hace un poquito más feliz... Siempre gusta recibir ese tipo de mensajes, porque a todos nos gusta sentirnos queridos.

Como dice mi señora: "marío, estás levantando muchas expectativas, ahora no vas a poder dejarlo, que tienes a mucha gente enganchaíta"... 

Y a mí, todo esto, me abruma.

Gracias a todos los "desconocidos".
Sentimos vuestro cariño.
Jueves (de feria) 05 de mayo de 2011