16 de mayo de 2013

La impotencia de quien solo espera

La tristeza conoce de profundidades igual que la ilusión nace y muere en cualquier esquina. Una ventana abierta, una persiana levantada, un visillo que deja pasar indemne los malos presagios de una vida que se marcha antes de ser vivida. Así nació y murió la sonrisa de quien aún no entendía de lo grosero de este mundo, de lo inoportuno de un lunes de noviembre, de los besos escondidos en un banco del parque en una noche de junio.

Otra lección de fuerza, de paz interior, de amor. Otra vez la vida proponiendo esta montaña rusa de sentimientos. Otra vez montándonos juntos. Otra vez mi inexplicable necesidad de poner palabras al amor, a la gratitud; mi inexplicable necesidad de pesar nuestras lágrimas, de gritar con los dedos, de liberarme. 

Es el día, es la noche. La virtud hecha separación y caricia. Es creer que el amor puede con todo, porque todo nace del amor y  con él muere

Quizás vuelva todo esposa mía. Quizás no lo haga nunca. Tal vez, abracemos nuevas sonrisas que aún flotan en nuestra alma. Tal vez no. Ya sabes que la vida es imprevisible, azarosa, incuestionable, insensata por momentos... pero es vida, vida nuestra, vida vivida, vida que viviremos... sentimientos que caminan. 

Vuelve a darme la mano. Te sigo queriendo tanto...



"Duérmete pensando,
que yo pienso en ti,
despierta soñando
que vives pa'mí
solo pa'mí"
Rafael del Estad
Jueves 16 de mayo de 2013