24 de diciembre de 2010

Encuentros

Llueven gotas de alegría sobre charcos de tristeza. Poquito a poco las risas inocentes rompen el silencio de los parques, las palomas vuelven a pedir comida en la mañana del domingo y la lluvia ya no oxida los columpios.

Pero todavía es fácil confundir el motivo de nuestras lágrimas, porque todavía la traición asoma de la mano de la sonrisa.



¡Qué hija de puta eres, 
felicidad!
Viernes 24 de diciembre de 2010

17 de diciembre de 2010

Carta abierta de una madre

Aquí os dejo la carta que mandó mi señora a su familia, lejana en el espacio, que no el sentimiento, para comunicarle nuestro reciente embarazo.

Yo no sabría explicar mejor cómo nos sentimos. 

"LLEGAN NUEVAS ILUSIONES...

Hola familia,


pues sí como bien he puesto en el título llegan nuevas ilusiones... ayer por la tarde nos hicimos un test y salió el esperado positivo. Así que nos encontramos nuevamente en el principio dispuestos a afrontarlo como venga. Estoy de escasas 4 semanas pero no me lo podía callar... a qué esperar?? ahora mismo estoy embarazada y si después pasa algo pues lo afrontamos y punto. Qué deciros... pues que estamos muy contentos, era lo que queríamos, aunque muy raros eso también es cierto. Demasiados sentimientos encontrados... felicidad, tristeza, nostalgia, esperanza,..... difícil de explicar con palabras y que de la única forma que sale es llorando.



Sé que os acordáis mucho de nosotros aquí lo estamos llevando como podemos unos días mejor y otros peor pero con actitud positiva y predisposición. Y esto al menos nos ayudará a hacerlo un poquito menos difícil por eso quería compartirlo con todos vosotros que lo estáis viviendo en la distancia.


El año por lo menos lo vamos a terminar un poquito mejor, con nuevo trabajo y embarazo.... y a pesar de todo no lo dudéis ha sido el mejor año de nuestra vida, como bien dice Lolo en uno de sus escritos en su blog:

"El año en que nace tu hijo es, simplemente, el mejor año de tu vida..... Por eso, el 2010 calma más que duele, incluso ahora que el desgarro es demasiado desgarro."

Pues nada ya solo desearos unas felices fiestas y un feliz año nuevo. Os queremos mucho familia, besos para todos."


Días, semanas, meses, año ...
de sentimientos encontrados.
Viernes 17 de diciembre de 2010

15 de diciembre de 2010

Recordarte es vivir en el intento

Las últimas semanas de UCI fueron realmente difíciles para nosotros porque fueron realmente difíciles para nuestro hijo. Veíamos como la fiebre no dejaba que Samuel pudiera entrar en quirófano y el tiempo jugaba en nuestra contra. Temíamos que nuestro hijo no tuviera la oportunidad de luchar en quirófano y pelear por su vida. Eso sí que hubiera sido injusto... si es que su situación tuvo alguna pizca de justicia en algún momento.

Y en esas andábamos. Cada día Samuel se encontraba peor, con menos fuerza para tirar de su cuerpo (entiéndase corazón) y con más medicinas ayudando. Samuel necesitaba las medicinas para vivir, necesitaba el respirador artificial, la sonda gástrica para alimentarse y la sonda para hacer pipí; además de varias vías tomadas para la entrada de medicamentos directamente en vena. Y para que no sintiera nada de eso, además, Samuel estaba sedado, aunque no dormido del todo. Y es que Samuel estaba lleno de cables y sondas... tanto que entre bromas, entre caricias, entre besos, entre canciones, entre achuchones y entre otras historias, le decíamos que ya solo le quedaba la oreja sin tubos...

Pero ese día no fue un día cualquiera. Antes de irnos, cuando la enfermera vino a comunicarnos el final de nuestra visita, Samuel miró a su madre y le dedicó, seguro, su mejor y más bonita sonrisa. A pesar de todo lo que llevaba en lo alto, de la fiebre, del estrés que viven los críos en las salas de una UCI pediátrica, de los tubos, de la sedación..., Samuel estuvo varios días sonriendo a su madre, a sus abuelas y tita en varias visitas. 

Por esto, solo por esta sencilla anécdota, Lidia y yo decidimos encarar nuestra tristeza con una sonrisa en la cara. 

Solo por respeto a nuestro hijo o solo por respeto a su recuerdo.


Miércoles 15 de diciembre de 2.010
 

6 de diciembre de 2010

Reflexiones sobre la muerte y la vida.

El último año de mi vida ha sido más intenso que los 30 y pico anteriores. Son muchos los sentimientos que nos han visitado y con con mucha fuerza. 

Hemos recibido mi señora y yo muchas muestras de cariño. Y muchas de ellas acompañadas de admiración incluso, por cómo estamos llevando estos momentos inllevables. Mi mujer y yo no somos especiales ni de una pasta especial. Sencillamente somos personas muy afortunadas por haber recibido la educación que hemos recibido, por haber mamado de dónde hemos mamado. 

Aleccionados por la experiencia de vivir un acontecimiento similar un año antes, mi señora y yo tuvimos, desde el primer momento una cosa muy clara: dónde sea, los dos juntos. Y esa fue nuestra única premisa en todo esto. Reconocer el cadáver de nuestro hijo, hablar con médicos, despedirlo, llorarlo, hacer papeleos tan desagradables, firmar en el libro, negociar con la funeraria... todo juntos y de la mano.

Y el paso del tiempo nos viene dando la razón, poco a poco. Solo queríamos sentir tristeza. Ningún otro sentimiento. Ni culpabilidades, ni preocupaciones, incluso ni enfados ni miedos. Solo tristeza. Nos prometimos no hacernos preguntas sin respuestas, nos prometimos llorar juntos cada vez que lo necesitáramos, nos prometimos no correr. 

Cuando la tragedia llama a tu puerta es bueno encararla de frente. Sentirlo todo. Hay que estar muy jodido para luego poder remontar el vuelo. Intentar enmascarar la realidad, rodearla, no sentirla en todo su desagarro no es más que hambre para mañana. Claro que duele mucho, pero es que tiene que doler. 

La impaciencia no vale. El duelo hay que cerrarlo haciendo las cosas bien. Con muchas lágrimas en los ojos, con mucho llanto en el corazón, pero con tranquilidad, sin prisas. Toca estar triste mucho tiempo. Toca echarlo de menos. Toca joderte viendo a otros padres paseando con su carro. Toca imaginarlo de mayor. Tocar estar triste por lo vivido y por lo que no viviremos. Pero intentar salir a prisa y corriendo de tanta tristeza no puede ser bueno. Solo desde esta tristeza puede construirse una nueva vida. ¿Qué haces si no? Si alguien me dijera que encerrado en mi casa, de luto y llorando nos devuelven a nuestro hijo, creednos: mi mujer y yo pasaríamos así todo el tiempo que hubiera que pasar. Pero nuestro hijo murió un maldito 10 de septiembre. Y eso es inamovible. 

Y ahora nos toca reinventarnos y luchar. Porque mi mujer y yo elegimos aquel día, en el crematorio, luchar por una felicidad que merecemos. Y esto lo vamos consiguiendo poco a poco. Con pasos tan cortitos que para muchos serán inapreciables, pero cada paso hace camino. Y cuando no tenemos ganas, cuando peor nos sentimos, cuando más vacías están nuestras vidas, nos ponemos algo en lo alto, llamamos a alguien y salimos a dar una vuelta. Tiramos de nuestro inerte cuerpo, con el único ánimo de que si la felicidad no viene, iremos a por ella. Sonriendo sin ganas, cenando sin ganas, viviendo sin ganas... pero sabiendo, que algún día, todo eso volverá.

Cuando tu hijo fallece, cuando a tu alrededor todo es inoportuno, cuando la sonrisa de alguien te molesta, cuando la ausencia es el todo, se ponen a prueba todos tus cimientos, te das cuenta de si las patas que sujetan tu vida son fuertes, vigorosas. Y ahí, mi mujer y yo, solo podemos sentirnos tranquilos, orgullosos, satisfechos y afortunados. Nuestros familiares, nuestros amigos, nuestro amor mutuo y la lección que nuestro hijo nos dio cada minuto de su corta vida es motivo suficiente para luchar por ser cada día un poquito más felices, ¿no os parece?

Samuel se fue. No está en ningún sitio. Ni estará nunca. Ya solo tenemos su recuerdo. Lo único que nos queda. Pero suficiente para sentir que lo que no pudo ser con él, podrá ser con sus futuros hermanos y hermanas. Cada uno, con un trocito de nuestro primogénito. 

Ahora sé lo que me quieren mis padres. Ahora sé lo que Samuel nos quería.

Comadre, estoy orgulloso de ti.
Aprender es esto. Madurar es esto .
De frente.Siempre de frente. 
Siempre juntos.
Lunes 6 de diciembre de 2010

2 de diciembre de 2010

2010

El 2010 empieza a escurrirse. Se escapa poco a poco entre barrotes. Yo no quiero que termine. Uno nunca quiere que termine el mejor año de su vida. Es algo evidente. 

El año en que nace tu hijo es, simplemente, el mejor año de tu vida. El año en el que te agobias con sus primeros llantos, en el que torpemente lo bañas o en el que te dedica su primera sonrisa, no puede ser nunca un mal año. ¿A que no, Rocío?

Por eso, el 2010 calma más que duele, incluso ahora que el desgarro es demasiado desgarro. 



¿Por qué no elegir la miel?
Jueves 02 de diciembre de 2010