18 de marzo de 2013

Vive tu tristeza

¡¡Ayyyy Canija!!

Que la tristeza no tiene grados debes aprenderlo pronto. Que el amor todo lo puede, también. Que el tiempo necesita del tiempo para cicatrizar heridas del alma, puedo asegurarte.

Ni compares ni te compares, hermana, que esto no tiene modo único ni estrategia definitiva. Cada uno lo lleva a su forma. Ni la tristeza si es húmeda es más tristeza, ni el pozo si está seco es menos profundo.

Por cruel o triste que sea, todo en la vida debe acabar haciéndote mejor persona. Si no, es cuando nada tendría sentido.  Ha pasado. Es inamovible. ¡Qué sirva! Qué fácil decirlo, ¿verdad?

La vida me enseñó que todo es cuestión de llenar los espacios vacíos, aunque sea con nimiedades de una rutina repugnante por momentos. Porque mientras llenamos nuestra vida, el tiempo va dando buena cuenta de todo lo que ocurre. Y entiendes que al final, él es tu único aliado. Y entonces te das cuenta que no es solo cuestión de esperar un día feliz, o mejor. Los días tristes también son días de tu vida. También debes vivirlos. ¿Cómo saborear tu próxima alegría si no conoces la tristeza?. Para que viva la alegría debe morir la tristeza. 

Y después está el amor. El que das y el que recibes. Y de eso, nadie podrá darte lecciones nunca. Porque el amor es primera persona del singular cuando lo das y primera persona del plural cuando lo recibes. 

Tienes tiempo. Tienes amor. Todo llegará. Y yo lo veré contigo. Y con nuestra gente necesaria. 

"No llores hermana, que yo te quiero mucho como la trucha al trucho."

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Lunes 18 de febrero de 2013


17 de marzo de 2013

6 años.

Seis años hace que todo quedó rendido ante la sencillez de los momentos desbordados de pureza. El anochecer comenzó entonces a dejar resuelto su amanecer solo para fotografiarse con nosotros. El paisaje perfecto empezó así a aparecer y desaparecer solo cuando tú y yo posábamos en él nuestras ilusiones futuras. El celeste entendió en ese preciso instante que solo sería cielo si daba cobijo a las estrellas que besarían y acariciarían nuestro recuerdo. El mar también quedó desbordado, esposa mía,  cuando pudo comprender que solo sería tan inmenso si lograba salpicar nuestras nuevas y antiguas emociones. Incluso el viento, huracanado o no, quiso volver a ser brisa de noche de verano aquel día que sintió cómo nuestras pieles volvían a fundirse con nuestra alma.

Afortunados todos ellos que lo consiguieron.

Afortunado yo, de celebrarte.

Feliz aniversario esposa. 

Ya sabes que me encanta quererte.


17 de marzo de 2007 - 17 de marzo de 2013
6 años  de amaneceres para nosotros.
Domingo 17 de marzo de 2013