15 de junio de 2008

Ojos que no ven

El eco de los tres martillazos arrasó la sala penetrando en cada uno de los cuerpos. Algunos ojos lloraban. Otras cabezas no daban crédito a lo sentenciado. Ella no temblaba. Ni su cuerpo ni su alma. Miró de frente a su verdugo. Buscaba sus ojos sucios para purificarlos con la transparencia de los suyos. Sus acusadores, sin embargo, apartaron la mirada.

Domingo 15 de junio de 2008