27 de marzo de 2018

Será

Será que el olvido intenta imponerse disfrazado de felicidad presente. Será que debo luchar cada día por volver a ti. Será que la distancia no es siempre el espacio en línea recta que separa dos cuerpos y a veces tiene más que ver con el enfriamiento de los recuerdos expuestos al imperturbable movimiento de las manecillas del reloj. Será.

Será que sigo necesitando un pellizco de tristeza, que no me gustaría alcanzar la felicidad total durante todo el tiempo. Será que la palabra siempre es tuya. Que quiero ser feliz; que lucho cada día por serlo yo y por aportar un chorrito de felicidad en la vida de los míos; que no hay nada que más me guste que ver la sonrisa de mi morena, y de mi rubia (jaque-mate) y de mi tunante, y de mi granuja: no hay dudas sobre ello. La permanencia eterna de estas sonrisas ajenas me llenaría, compensaría toda tristeza sufrida: por ellas hipoteco mi vida mil veces.

Pero yo no. Yo sigo necesitándote en primera persona. Sigo queriendo mis raritos de nostalgia. Será porque me acercan. Porque me activan. Porque me ayudan a volver a vivir feliz.

Será porque el paso del tiempo quiere alejarte de mí; porque tus hermanos crecen y vives parte de tu vida en ellos, y yo así lo veo; será porque hay días que me despierto mas lleno de ti que nunca, como si hubieses visitado mi memoria (y mis entrañas) en sueños a tu antojo.

Será que distancia y tiempo no podrán nunca con nosotros. O será que disfruto de vacaciones en familia...

... y me faltas tú.

Será.

Martes 27 de marzo de 2018

16 de marzo de 2018

11 años y yo intentando ponerle palabras al amor

Esposa mía, aquí te traigo mi amor, ese que sabes que ni se gasta ni muere. Quererte, mis ganas de quererte no se acaban. Este amor mío, te digo realmente, que aún dejando reguero de finas gotas a su paso, aún pareciendo que usamos en cada sonrisa, en cada gesto, en cada abrazo, es un amor que crece.

Porque mi amor por ti brotó un día cualquiera desde mi alma hacia tu mirada y hacia tu sonrisa, esa que me maneja a su antojo, y aún anda en el trayecto. Un amor este tan poderoso que entiende de caricias y besos, de sábanas y amaneceres, de sábados de verano..., pero también de rutina, de besos de buenos días, de ropa arrugada, de cualquier lunes laborable y lluvioso de octubre.

Hoy hace 11 años que mi amor me impulsó a besarte cuando me apeteció besarte, quizás fuera de protocolo para los encorsetados; seguro, para mí, en el preciso momento. Porque no está nunca mal colocado en la vida un beso imparable, porque nadie puede parar un beso que va desde mi alma hacia tu pecho.

Toma estas palabras, morena. Y deja que siga creciendo este amor que nos tenemos. Y déjame seguir buscando tu sonrisa cada sábado de verano en un paseo marítimo, cada lunes lluvioso de octubre entre ropa arrugada.

Felicidades.

17 de marzo de 2007.

17 de marzo de 2018.

11 años construidos... ¡qué bonita eres!

PS. Te quiero más que al arroz amarillo con alcauciles de mi madre.

Sábado 17 de marzo de 2018