14 de agosto de 2022

Paola 11

Entre tanto, te miro. Y tus ojos, siempre atentos; tu sonrisa, siempre tímida; y ese hoyuelo, que me destroza, soslayan el trasiego que en mi habita. Y el tiempo dicta impertérrito. Parece que incluso mañana fue ayer. 

Y, entonces, llegas. Y ahí vas, rubia mía, pasando de puntillas por cada momento que la vida te plantea, como una hada que, apenas posada en cualquier rincón inhóspito, deja su esencia y reverdece el inhabitado espacio que le rodea. Esa virtud de llenar el vacío de tu derredor. Tuya es, hija mía, no la pierdas.


Y yo, inevitablemente, te miro. Y mis ojos, porque así mi corazón lo ordena, repiten "tequiero" para siempre.




¡Feliz cumpleaños, hija mía! Que no te roce ni el aire....

Domingo 14 de agosto de 2022

No hay comentarios: