9 de marzo de 2011

Patadas

Con 17 + 1, casi igual que tu hermano. A vuestra forma. A patadas.

Todo es viejo, pero con nuevos matices. Viejas sensaciones en corazones transformados, con más pasos dados, con más tristeza hallada que otros corazones viejos, pero felices. 

Es vida sentirte. Es vida tener la certeza de que estás ahí. Y que tú me lo digas. 

A veces me pregunto si no naces ya con demasiada responsabilidad sobre tus ligeros hombros.  Si no estamos pidiéndote, aun sin intención, demasiado. Que devuelvas la felicidad, la sonrisa... ¡¡como si tú nos la hubieras robado!!

Hoy no sé cómo nos irá en esta nueva vida que comenzó en la sobremesa de aquel maldito 11 de septiembre. No sé qué nos deparará el futuro ni qué te espera en nuestras manos.

Hoy solo sé que empezaste a ser en el momento justo. Solo sé que eres la medicina que puede anestesiar, al menos, tanto dolor. Que solo tú puedes llenar tu cuarto y tu casa. 

Quizás seamos demasiado egoístas y estemos solo pensando en nosotros. Quizás, cuando llegues, vuelvan momentos demasiado duros porque todo renazca de nuevo y seas el soplo sobre las ascuas. Quizás tu llegada endurezca de nuevo las emociones. O tal vez todo sea más sencillo, la felicidad de bañarte sea convierta en la mejor pomada para un alma herida, que no rota.

No es cuestión de saber quién puede, sino quién quiere descubrir su destino, aunque este no le guste.



Miércoles 09 de marzo de 2011

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