16 de marzo de 2008

... como la trucha al trucho

Espero. Hablo con unos y con otros, pero no echo cuenta, no presto atención. Me concentro en mis palabras. Resumir el pasado, hablar del presente y recoger los deseos futuros.

Llega el momento. Me miras y me hablas. Te noto nerviosa. Te pueden las sensaciones que fluyen sin permiso. Pero me miras y te miro, pero me hablas y te escucho. Momento soñado.

Es mi turno. Me noto algo nervioso. Lo reconozco porque me tiembla la barbilla. Casi nunca me pongo. No estoy acostumbrado y no suelo desenvolverme bien en los nervios. Pero aguanto. Y digo lo que siento. Y siento lo que digo. Alto y claro. Para que me sientas y me escuchen. Un deseo, una esperanza, un orgullo, un motivo de alegría, una sonrisa... la tuya.

...prometo buscar tu sonrisa
que será la mía,
todos los días de nuestra vida
y hasta que la muerte nos separe

Te beso. Me besas. Nuestra gente suelta los pañuelos para aplaudir. Un aplauso tan espontáneo como nuestro beso, como nuestro beso heterodoxo.

Llega el arroz, los abrazos, las felicitaciones, los besos. Llega Roma. Buen lugar para empezar, buen lugar para buscar tu sonrisa. ..

porque sin ella, ni sé,
ni quiero vivir.
Felcidades, esposa.
17 de marzo de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por este regalo y el de Granada (por mi media semana a pensión completa...) y sobre todo gracias por el año que llevamos viviendo juntos. Te sigo mirando a los ojos....

....Te he dicho que te quiero??