14 de agosto de 2023

Paola 12.

Vuelve el 14 de agosto a nuestras vidas. Y siempre llega así, casi invisible, casi inapreciable, velado, sigiloso, como un veinteañero sube a su cuarto a deshoras tras la celebración semanal de la vida. Un día de parada y vista atrás, de subir diez peldaños y tomar perspectiva de lo pasado y vivido, añorando lo menos posible. Porque hoy es 14 de agosto y este día te (y nos) pertenece. Porque tú, rubia mía, mereces la plenitud que nos regalaste; porque tú, hija mía, mereces en abundancia todo lo que diste, todo lo que das. Y por eso, y para eso, el 14 de agosto será siempre tuyo (y nuestro). Será siempre ese día en el que rememoramos y celebramos tu cumpleaños y tantas cosas indefinibles más.

 


Y luego estás tú. Y estoy yo. Y cómo te miro. Y cómo lo noto. Siempre lo haces. Es tu cualidad innata. No la pierdas nunca, rubia mía. Te hace especial. Diferente. Bonita. Entras con disimulo en el corazón de quien te rodea como quien pide la hora. Naturalmente, fácilmente, con el salvoconducto de tu sonrisa. Y ahí plantas bandera, como quien nada conquista, pero ya todo a tu nombre . En el mío, súmale que jugabas con ventaja. Rendido me hallaba antes de ni siquiera ser retado a duelo. En mí entraste como quien pide un helado a su abuela, yendo de mano y con las mejores cartas de la baraja. Y ahí sigues, caminante sigilosa, haciendo el ruido necesario, pareciendo pisar con suavidad, casi levitando, pero dejando esa huella indeleble en el corazón de tu padre que jamás quedará borrada. Ese será siempre tu huequito. En mi pecho, rubia, serás por siempre cascarón de huevo. 
 
¡¡Felicidades, hija mía!!
 
Lunes 14 de agosto de 2023

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