18 de junio de 2020

Junio y Leo. Sin firmas.

Hay amores que nacen de una mirada. Y crecen. También amores ya crecidos. Hay amores que primero fueron amistad y otros que amor fueron desde su inicio. Hay amores que terminan (¿fueron amor?) como también amores perpetuos. 

Hace 4 junios que Leo (en forma de predictor) llegó a nuestras vidas. Y, así, sin mediar un previo aviso, nació un amor más, ya crecido; un amor puro desde su inicio; amor para siempre. 

Y es que, incluso el amor que nace inmenso, crece con el día y la noche, con el sucesivo ir y venir de las conversaciones, con los abrazos retenidos y aquellos que ya se dieron. Ese compromiso contraído sin necesidad de ser firmado. No hay obligación de amar, pero se ama sin que ya quepa el olvido; un juramento perpetuo, ya cruzado, dentro de ti, grabado donde, junto con el lugar de los sueños, todo está teñido de verdad y de genuinidad, donde las promesas se firman con suspiros sempiternos, donde no hay necesidad de hablar de amor, porque el amor habla (y actúa) desde ti y por ti. 

"Sin firmar un documento
Ni mediar un previo aviso
sin cruzar un juramento
hemos hecho un compromiso"
(Antonio Machín. Un compromiso)

Martes 16 de junio de 2020

No hay comentarios: