16 de marzo de 2018

11 años y yo intentando ponerle palabras al amor

Esposa mía, aquí te traigo mi amor, ese que sabes que ni se gasta ni muere. Quererte, mis ganas de quererte no se acaban. Este amor mío, te digo realmente, que aún dejando reguero de finas gotas a su paso, aún pareciendo que usamos en cada sonrisa, en cada gesto, en cada abrazo, es un amor que crece.

Porque mi amor por ti brotó un día cualquiera desde mi alma hacia tu mirada y hacia tu sonrisa, esa que me maneja a su antojo, y aún anda en el trayecto. Un amor este tan poderoso que entiende de caricias y besos, de sábanas y amaneceres, de sábados de verano..., pero también de rutina, de besos de buenos días, de ropa arrugada, de cualquier lunes laborable y lluvioso de octubre.

Hoy hace 11 años que mi amor me impulsó a besarte cuando me apeteció besarte, quizás fuera de protocolo para los encorsetados; seguro, para mí, en el preciso momento. Porque no está nunca mal colocado en la vida un beso imparable, porque nadie puede parar un beso que va desde mi alma hacia tu pecho.

Toma estas palabras, morena. Y deja que siga creciendo este amor que nos tenemos. Y déjame seguir buscando tu sonrisa cada sábado de verano en un paseo marítimo, cada lunes lluvioso de octubre entre ropa arrugada.

Felicidades.

17 de marzo de 2007.

17 de marzo de 2018.

11 años construidos... ¡qué bonita eres!

PS. Te quiero más que al arroz amarillo con alcauciles de mi madre.

Sábado 17 de marzo de 2018

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