11 de noviembre de 2008

Luego

Se volvió para hablar. Lo hizo desde la ilusión de quien empieza, aún no sabiendo qué. Ella seguía mirando al techo, inmersa en uno de sus íntimos soliloquios. Las palabras que ocuparon la sala la devolvieron bruscamente a la realidad; de nuevo en aquella estancia gris, inerte, fría, cruel. ¿Cuándo dejó de ser un hogar?.
- ¿Cómo dices, cari? ¿Que si te querré toda la vida? - Le repitió en busca de un antídoto para tal veneno. - Te quiero hoy, te quiero ahora. Mañana no existe- resopló.

"Amada mía,
quiéreme hoy
que mañana es otro día"
Salmarina
Martes, 11 de noviembre de 2008

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