Mis padres me enseñaron a salir de los sitios antes de que me echaran. Salir en el momento preciso es importante para guardar bonitos recuerdos en ese lugar de tu corazón donde quedan enmarcadas las imágenes de las cosas importantes de tu vida.
Yo nunca supe, ni quise, compartimentar mi vida. Ni vida laboral, ni vida futbolística, ni vida personal, ni nada por el estilo. La vida es una e indivisible y entenderlo así te hace poner todo lo que tienes en el escenario cada vez, sintiendo todo lo que haces.
Mi amigo Fernando me dijo el otro día: "14 temporadas en el Madrid no tiene mérito, 14 temporadas en el Pino Montano... eso sí que se merece un homenaje". Y ayer fue el turno de despedirme, despedirnos unos cuantos, de otro de los clubs de mis (nuestros) amores.
Cuando ves tanta gente querida acompañándote en tu último ratito, ves que todo ha valido la pena. Toman sentido los sinsabores, las penurias económicas, los miles de kilómetros por la Sierra Sur sevillana (que me la conozco al dedillo). Toman sentido las derrotas y los descensos. Toman sentido los malos pases, los goles recibidos en el último minuto o las duchas de agua fría entre aromas indescriptibles.
Todo toma sentido cuando tu club te rinde un homenaje muy por encima de lo merecido.
Ayer fue un día inolvidable para mí y para mi gente. Y todo os lo debo a vosotros. Gracias amigos, gracias compañeros, gracias gente necesaria.
Invertí en sentimientos. Recogí sentimientos. ¡Qué más puedo pedir!
¡Pino Montano verivé!
Día 1 d.PM
Domingo 29 de mayo de 2.011
1 comentario:
Grande siempre, gracias a ti Maestro Lolo! a tu lado siempre se aprende...
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