Si me diesen a elegir, hijo mío, entre morir y el olvido, me quedo contigo, amor. Me quedo con la necesidad de que omnipresente te halles allá donde yo fuese, de vivir en primera persona del plural, con el amor venciendo, renaciendo, que no vencido, que no renacido. Porque no hay elección más certera que revivir el recuerdo de lo que nos hizo llorar de amor. No es otra cosa. No se engañen. La muerte duele, porque amas. Amar es vivir en valentía. Y ser valiente, por ello, duele.
Sigue descansando en paz. Aquí, en mí. Ahí, en tu madre. Nosotros seguiremos honrando tu camino viviendo lo más feliz que podamos, regalando a tus hermanos todo el amor que nos quedó; trayéndote a casa a cada rato, en cada momento; viviendo contigo en cada rincón.
Te quiero, enano.
Me quedo contigo. (Los Chunguitos, 1980).
Domingo, 10 de septiembre de 2023
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