A veces quieres más de lo que figurabas que podías querer. Y te das cuenta que el amor a unos hijos es como esa relación entre la distancia al hogar materno y la sensación de soledad. Cuanto mayor es la una, más crece la otra. Cuanto más niños tienes, mas amor eres capaz de albergar para dejar salir.
El pequeño de casa, nuestro Leo, el de la sonrisa y mirada comprometedora, cumple 1 año.
Y yo me siento el hombre más fuerte a su lado. Y el más débil también. Puedo sostener su vida a la par que mis piernas tiemblan.
Seguro que tú, que también eres madre, padre, sabes de qué te hablo.
Felicidades, granuja.
Te quiero.
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