Si hoy fuera realmente 25 de junio, Samuel, cumplirías 7 años. Y habría tartas, fiesta, regalos, piñata... algarabía. Sabría cómo suena tu risa entre todas las risas, escucharía "papá" en tus labios, curarías mi alma con tu simple mirada. Claro, si hoy fuera 25 de junio realmente, no tendría cicatriz en mi pecho, ni necesidad de reconstruirnos cada día.
Pero hoy no es 25 de junio. Por eso, en lugar de sonrisas infantiles, el día llega repleto de miradas, abrazos, besos, caricias... nostalgia. Todo bañado por tu recuerdo, hijo mío. Como cada día. Porque vives en nuestra mirada y no en el lugar en el que ella muere.
Aprendimos que nunca más volverá a ser 25 de junio, como nunca olvidaremos la sensación de tu primera sonrisa, de tu primer bostezo, de tu llanto, de la primera vez que nos miramos en ti.
Aprendimos también, que somos porque fuiste. Que nos hiciste grandes, desde la sencillez. Que nos hiciste valientes. Que cumplimos la promesa de ser felices por ti y para ti.
Felicidades enano.
¿Domingo 25 de junio de 2017?
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