11 de septiembre de 2011

El peor camino de mi vida

Hace hoy un año que hice el peor camino de mi vida. Porque el peor camino de todos no es el que tiene como llegada el crematorio, sino el que lo tiene como salida. Es ahí donde todo el aire falta y el corazón se hace pequeñito.

Porque es en ese momento cuando es más difícil encontrar las fuerzas, porque en ese momento se hace casi imposible encontrar motivos para sonreír, aun cuando la sonrisa sea una obligación diaria. Y no solo encontrar motivos para sonreír, sino también para hacer sonreír a tu mujer.

Hoy, un año después, vuelvo la vista atrás, ya con aire en el pecho, con sonrisas en la cara, con nostalgia en el corazón. Ahora no sé cómo pudimos echar un paso tras otro. No sé cómo volvimos a cocinar, a ducharnos, a limpiar... No sé cómo, de dónde, sacamos fuerzas para guardar recuerdos en cajas de cartón. Supongo que gracias a nuestro coraje y a nuestra gente necesaria. Supongo, no. Lo sé. Gracias a nosotros y a vosotros. Y más tarde, gracias a Paola.

Hoy hace un año que, a pesar de que la vida se olvidó de nosotros, elegimos vivirla. La decisión más sencilla de nuestra vida. La decisión más difícil de poner en práctica.


...como si fuera ayer.
Domingo 11 de septiembre de 2011

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