Tu madre y yo te queremos desde que sabemos de tu existencia. Pero no es fácil que se nos note, porque no es fácil digerir, ni diferenciar, ni separar, ni identificar...
Tu hermano está tan presente en nuestro día a día que acumulamos demasiada tristeza en nuestro interior. Hace tan poco de todo que aún lloramos, aunque ya casi siempre sin lágrimas.
Inconscientemente, intuitivamente, cuando te pasa eso que siempre le ocurre a los demás te preparas para la tristeza y te empeñas en solo sentir eso. Es como si solo pudiéramos, como si obligatoriamente tuviéramos que, estar triste, porque la sonrisa por ti, momentánea incluso, traicionara el recuerdo de tu hermano.
Por eso no nos está resultando sencillo, porque tú no sustituyes a tu hermano, porque un hijo nunca puede sustituir a otro.
Martín...(o Paola), estamos muy contentos, aunque aún nos cueste demostrarlo. Luchamos para disfrutar al máximo nuestro nuevo embarazo, intentando dejar de lado las preocupaciones y los miedos. Y te aseguro que no es fácil. Seguimos luchando para que esta tristeza que todo lo abraza poco a poco vaya convirtiéndose en añoranza, en recuerdos inolvidables, en puntos a los que volver cuando queramos un poquito de tu hermano, cuando necesitemos su sonrisa. Intentamos diariamente que nuestra alegría por ti no termine en tristeza por él. Lo intentamos Martín... (o Paola), aunque aún sin mucho resultado.
Sintiendo.
Miércoles 02 de febrero de 2011.
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