Que yo no sé quererte de otra manera, esposa mía. No sé tampoco si hay diferentes maneras de querer. Si querer puede graduarse, escalarse. No sé nada de esto de la teoría del amor. Ni ponerle palabras tampoco. Ni quiero, ni me interesa. Hablar del amor debe ser, siempre, secundario.
Yo solo quiero seguir queriéndote en cada sitio, en cada cosa, a cada rato. Porque yo solo sé quererte así. Sin condiciones ni normas, sin frenos ni red. Porque quererte así, a pecho descubierto, me da la vida; sabiendo que no hay distancia más corta que mis labios dejando un beso sobre los tuyos; que no hay canción más bonita para mí que la de tu risa; que no hay sitio en el que más a gusto me encuentre que en tu abrazo; que no hay mayor tranquilidad que la que tu mirada me devuelve.
Un ratito tras otro han formado 22 años perfectos.
Y muchas historias juntas, juntos, han diseñado un montón de sueños por vivir.
¡A por ellos!
Y muchas historias juntas, juntos, han diseñado un montón de sueños por vivir.
¡A por ellos!
18 de enero de 1997
18 de enero de 2019
Te quiero tanto, esposa mía. ¡Felicidades!
Me gustas más que
la noche del 5 de enero
18 de enero de 2019
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