Las nubes aún desobedecían al tímido sol. Las sombras morían junto a las flores. Los árboles descargaban su ira contra el suelo, espectador de lujo de los momentos por abordar.
Las luces de la mañana no entendían de antojos. La noche ganaba. Siempre gana.
El frío rondaba las esquinas aguardando cortésmente a los últimos rayos de sol.
Así eran los 17 de octubre.
El silencio entre sábanas fue roto por sonrisas mañaneras con tintes de felicidad verdadera. Sonrisas imparables de un sábado anárquico. Palabras desobedientes jámas pronunicadas en primerísima persona.
Secretos impacientes por desepertar. Invenciones ya inventadas pero no descubiertas. Todo por comenzar. Todo comenzando.
Así fue el 17 de octubre de 2009. El mejor 17 de octubre jamás diseñado.
3 años con el corazón lleno.
3 años llenos de Samuel.
Miércoles 17 de octubre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario