Aquel sí quiero le desgarraró el alma para siempre. Nunca la tuvo en sus brazos. Nunca, siquiera, pudo saborear sus besos. No recordaría jamás un amanecer a su vera, el olor de su vientre. Tampoco recordaría el color de sus mejillas encendidas mientras hacían el amor. ¿A qué sabría su cuerpo entre sábanas? ¿Cómo sonarían sus gemidos?
Todo era sueño. Y como sueño, no sabía, no olía. Ya solo le quedaba sentir lo que su vago recuerdo mañanero le permitía disfrutar.
"¡Tú no me sueñes,
despiértate y vente!"
"Salmarina. Bordao, 1986"
despiértate y vente!"
"Salmarina. Bordao, 1986"
Jueves, 11 de octubre de 2.010
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