La semana pasada explicaba a uno de mis alumnos una tarea de matemáticas. Este alumno era de esos a los que los maestros nos gusta llamar "alumno con dificultades de aprendizaje". Y nos gusta llamarlo así porque decir "maestros con dificultades de enseñanza" es demasiado descarado, ¿no?. Pues eso, le explicaba y mi alumno lo entendió a la primera, a lo que sorprendido me dijo:
- Maestro, no sé lo que me pasa pero es que hoy vengo "to listo".
- Es que tú cuando te pones eres muy listo, chaval.
- ¿Sabes qué, maestro? Yo creo va a ser el Sunny the Light que me tomao esta mañana...
A mí esto me hizo gracia al principio pero luego me dejó pensativo. ¿Qué mensajes subliminales le manda el sistema a algunos niños y niñas? Nuestra forma de hablar con ellos, de interactuar, nuestro lenguaje no verbal, incluso el verbal también, qué les está diciendo, qué sacan en claro ellos.
Sus palabras denotan una cosa muy clara. El éxito en la tarea no depende de él, sino de algo externo. No es su capacidad lo que le permite hacerlo bien, si no un zumo que se ha tomado esa mañana. Una autoestima por los suelos, una expectativa bastante negra, un concepto de sí mismo algo deteriorado.
En definitiva, un alumno que fracasará porque el sistema, la escuela, sus maestros, no paramos de recordarle que es un alumno con dificultades y que por su culpa no puede aprender más de lo que lo hace.
¿Y yo, puedo enseñarle mejor?
- Maestro, no sé lo que me pasa pero es que hoy vengo "to listo".
- Es que tú cuando te pones eres muy listo, chaval.
- ¿Sabes qué, maestro? Yo creo va a ser el Sunny the Light que me tomao esta mañana...
A mí esto me hizo gracia al principio pero luego me dejó pensativo. ¿Qué mensajes subliminales le manda el sistema a algunos niños y niñas? Nuestra forma de hablar con ellos, de interactuar, nuestro lenguaje no verbal, incluso el verbal también, qué les está diciendo, qué sacan en claro ellos.
Sus palabras denotan una cosa muy clara. El éxito en la tarea no depende de él, sino de algo externo. No es su capacidad lo que le permite hacerlo bien, si no un zumo que se ha tomado esa mañana. Una autoestima por los suelos, una expectativa bastante negra, un concepto de sí mismo algo deteriorado.
En definitiva, un alumno que fracasará porque el sistema, la escuela, sus maestros, no paramos de recordarle que es un alumno con dificultades y que por su culpa no puede aprender más de lo que lo hace.
¿Y yo, puedo enseñarle mejor?
Los peligros del lenguaje no verbal.
Lunes, 20 de abril de 2009
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