26 de mayo de 2008

Aquel junio del 96

Sus soliloquios lo dirigían siempre a aquella habitación en la que sus temores aparecían sobre la mesita de noche. Aún así, a pesar del evidente crecimiento de la distancia entre ambos, él siempre encontraba clavos ardiendo a los que agarrarse. Seguía dando calor a las gélidas miradas, intención a los roces fortuitos, brillo a los ojos mate y toques de seducción a las sonrisas hijas del compromiso.

Pero no fue suficiente. El día menos pensado llegó en forma del más temido. Todo empezó con una llamada. Con un no sé cómo decirte esto. Con una mano sintiendo la otra. Con una última mirada. Con un último suspiro. Pero todo empezó. Le recordó lo maravilloso que era, lo bien que se había portado en todo este tiempo y lo bonito que sería poder comenzar una maravillosa amistad, como si la amistad pudiera ser algo distinto a maravillosa.

No supo sin embargo hacerlo sin ese beso ni aquel abrazo.


"Cómo quieres ser mi amiga,
si por ti me perdería"
Jarabe de Palo.
26 de mayo de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo empezó.... gracias por aquella espera.... te he dicho que te quiero??