Caminaba absorto en sus pensamientos. Miraba de vez en cuando hacia atrás temiendo que alguien pudiera seguirlo. Escuchaba pasos cada vez más cercanos o ¿era en su cabeza, quizás?. Su corazón se aceleraba mientras subía sus hombros intentando esconderse en su viejo sombrero gris. Una voz atravesó el inmenso silencio de la noche céntrica sevillana. Duditativo se dio la vuelta lentamente maldiciendo cada segundo de su desafortunado movimiento. Quiso quedar bien consigo mismo... "Esta vez salió cara"- pensó mientras resoplaba y su corazón volvía a la calma.
Cuando valentía y temeridad no son sinónimos.
15 de noviembre de 2006
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