29 de octubre de 2025

El tiempo en partida. Los niños que fuimos.

Los años 80 dejaban paso, por aquellos entonces, a la nueva década incipiente de los 90, mientras crecíamos los niños del barrio. Y lo hacíamos juntos y revueltos. La pelota rodaba y los niños reíamos. Albero en nuestras piernas llenas de postillas, risas y sonrisas en nuestros rostros imberbes, luz inocente en nuestra mirada insaciante, lazos irrompibles que ataban nuestros pechos puros. La pelota rodaba y los niños reíamos. El siglo XX era más auténtico. 

Ha pasado ya un cuarto del siglo XXI y el tiempo no contamina estos recuerdos de la niñez; al contrario, los hace reverdecer y los coloca en los puestos de honor. Quizá, todo aquello no fue pasado, sino que sigue siendo presente. Quizá, todo aquello pertenece a mi vida de hoy, porque sobre ello crecí y aún sobre ello me mantengo de pie, estable, con la mirada limpia. Porque todo aquello lo recuerdo con el corazón en la mano, porque aquello que vivimos (el fútbol es lugar, tiempo y sentimiento compartido, solo entiende de la primera persona del plural) nos hizo los hombres que hoy somos. Porque todo aquello que disfrutamos en plenitud despreocupadamente se refugia en cada abrazo que hoy nos damos, ahora que la vida nos ofrece la oportunidad de reconocer que la felicidad plena estaba muy cerca de aquellos días de albero, pelotas y postillas. 

La pelota rodó. Y los niños crecimos hasta los hombres que hoy somos. Y es hoy, ahora, cuando logramos entender que todas y cada una de nuestras vivencias comunes, que todas cada unas de las derrotas compartidas, de las victorias celebradas, tejieron un alma naranja común, una piel compartida bajo quizás un mismo corazón latente. Es hoy, ahora, cuando sabemos que todo aquello fue verdad. 

Y este refugio temporal de lo que fuimos te ofrece también la oportunidad de entender que esto era así de sencillo porque otros se complicaron la vida, en un ejercicio de puro amor, de puro altruismo hacia los niños del barrio. Hoy soy un hombre feliz, en gran parte, porque buenas personas lucharon por ello. El Mali, Pepe Serrano, Miguel, Agustín, Ventura, Cantos, Martín, Alpériz, El Chati, Tere... (gloria eterna y bendita para ellos). Sabed, vosotros, sus hijos, que vuestros padres anidan en cada uno de los abrazos que hoy nos damos. Mil gracias, allá donde estéis. Luli, Diego, Christian, Paco el policía, Vélez, Pedro, Antonio Lozano, Izquierdo, Rafael... mil gracias eternas, siempre en deuda con vosotros. Solo deseo que vuestro recuerdo sea tan feliz y enriquecedor como es el mío. Merecéis, por ello, que la vida os dé mucho, tanto como disteis. Porque hicisteis algo grande: hicisteis felices a una generación, hicisteis felices a un barrio. 

Que siga rodando la bola, atando corazones entre desmarques, paredes... y cachitas.

¡Los Mares tracatrá!

Fdo: Lolo Reche, un hombre asentado sobre un recuerdo feliz. 

PS. Izquierdo Jr, Nene, vaya desde aquí mi aplauso para ti. Eres grande.

PS2. Perdón si me olvidé de alguno de nuestros mayores que tanto bien nos hizo.

10 de septiembre de 2025

15 años sin nada pero con todo.

Te prometo, hijo mío, que si alguien me preguntara cómo comenzamos a caminar no sabría aún qué responder. Es difusa la mente cuando el corazón está repleto de emociones y sentimientos. Es difuso, como siempre, el corazón cuando la mente intenta abrirse huecos entre raciocinios irreverentes e innecesarios.

Quizá, paradójicamente, conseguimos empezar a caminar quedándonos quietos, pausando el mundo que decoraba nuestra (in)existencia. Tal vez, robamos el tiempo y lo congelamos. Igual, guardábamos horas y minutos, días también, en el cajón de lo que no quieres perder pero tampoco necesitas ni necesitarás nunca.

O no. O seguíamos avanzando y nos movíamos exacta y milimétricamente al mismo son que el resto, recibiendo, por tanto, esa sensación de relativa quietud, como quien comparte equidistancia con su vecino de la escalera mecánica de El Corte inglés mientras se aleja del contrabandista de perfumes ajenos que se aprovecha del bote probador para acicalarse a escondidas en la Sección de Perfumería y Parafarmacia, ante la mirada huidiza de quien debe pero no quiere decir nada.


Te confieso hoy, de nuevo, a riesgo de ser reiterativo y pesado, que quince años son muchos años sin verte, hijo mío. Que quince años son muchos años necesitando verte, queriendo volver a verte. Que caben muchas preguntas y que hay demasiados besos en el aire que nunca encontraran destino en este tiempo.

Te prometo, hijo mío, también, que lo estamos consiguiendo

Y te confieso que no quiero conseguirlo. Que tengo miedo.

"Y la vida siguió

como siguen las cosas

que no tienen mucho sentido.

Una vez me contó,

un amigo común que la vio

donde habita el olvido"

"Donde habita el olvido"

(Joaquín Sabina, 1999)

Miércoles 10 de septiembre de 2025.

14 de agosto de 2025

Paola, 14.

Es esa bonita cualidad de tu omnipresencia en cada rincón que habito la que me tiene cautivo, preso de esa mirada furtiva, de esa sonrisa de contrabando.

Y cuando el tiempo camina sin permiso, va la vida y me regala el amanecer de un "papi" en tus labios que me deja indefenso para siempre. Y en ese huir del tiempo, entonces sí, encuentro la pausa y el sentido de todo. Desde ti, hacia ti. Y en mí.

Tiempo detente que es tan grande el consuelo que mi alma siente... 



¡Felicidades, rubia mía!

¡Te quiero, siempre!

Jueves, 14 de agosto de 2025 

1 de agosto de 2025

Martín 11

La venida de agosto trae siempre de la mano el recuerdo de lo inoportuno del movimiento. Es esa sensación rara de disfrutarte cada día sin querer que cada día pase. Es la duda entre la pausa y el play, entre la foto y el vídeo. Quiero que el tiempo se detenga aquí, ahora, contigo (si puede ser en tu abrazo, mejor) y también quiero vivir a tu lado recibiendo cachitos de improvisado amor sin preaviso.


Quiero ser egoísta y sentir que eres mío por siempre, que estarás a mi alrededor revoloteando, cada día. Y quiero verte crecer y convertirte en ese muchacho al que robe miradas indiscretas con ojos llenos de orgullo. 

Quiero esta vida de muchos trastos por medio en cada rincón de la casa. Quiero tus calcetines sucios bajo el sofá, un cuarto desordenado siempre, el palo del helado disfrutado manchando la encimera, las manos llenando paredes recién pintadas. Quiero ese "¡papá, el Leo no me deja!" resonando entre nuestras paredes, acudir a vuestro cuarto a poner orden a la hora de dormir. Quiero todo el trabajo que me das.

No quiero que el tiempo nos abandone, que casi inadvertidamente nos roce mientras nuestras manos se alejan. No quiero que llegue la última vez de nada contigo. 

Quiero seguir echando de más lo que sé que un día, es ley, echaré de menos. Y mucho. 

Te quiero como tú me quieres, tunante, aunque mi abrazo no hable tan bonito como el tuyo. 

Y no olvides nunca que seré tu padre para siempre. 


¡Felicidades, tunante!

Viernes 1 de agosto de 2025



25 de junio de 2025

Quince veces tú, Samuel

Quince años después, Samuel, el recuerdo pesa. Su gravedad avanza lentamente derramando sensaciones etéreas pero tangibles, conduciéndome hacia la certeza del amor puro, de mi amor hacia ti, ese lugar donde sigues brillando sin caducidad preferente; paseándome, mientras tanto, entre paisajes que me transportan a espacios donde un te quiero culmina en unos brazos que acunan. Y ahí (re)poso, aferrado a la vida vivida. Y desde ahí camino con mil preguntas incontestables en la cabeza; pero con la innegable respuesta de haber conocido el amor, de haber sabido de un <<para siempre>>. Desde ti voy y hacia ti llego, circundando nuestros momentos, nuestra vida, pululando alrededor de aquellos días de caricias que sostenían deseos e ilusiones, y por qué no, justicia.

Hoy amaneció otro 25 de junio injusto, reamaneció de nuevo. Y celebramos tu (no)cumpleaños con la certidumbre de sabernos afortunados, con el orgullo de estar cumpliendo mi promesa, que habla más de mí que de ti, con la felicidad de ver crecer esta deuda sin dominio adquirido. 

La vida es un hilo irrompible si la llama de lo necesario permanece encendida. Es la huella que no borrará el paso del tiempo, artefacto humano que solo entiende de imitaciones. Es pulcritud, es la fuerza que genera una nana, el mejor lugar para vivir por siempre. La vida es un padre y un hijo que siempre caminarán asidos, como si uno fueran, aún cuando el aire solo pudiera (¿quisiera?) ser testigo de un cuerpo. 

La vida eres tú, Samuel. En mí. Conmigo.

Cuando el Sol se pone 
es la estrella que da luz.
Quiero repetirte 
que no hay nadie como tú.
Duo Dinámico (1960). 
Quince años tiene mi amor.

 

17 de marzo de 2025

Dieciocho años. Mayoría de edad. Dieciocho 17 de marzo.

Sí, quero: sonreír a tu verita bajo un mismo alba, brindando por el llanto que fuimos. Y que, seguramente, seremos. 

Y besarte. 

Sí, quiero: volver a pisarte torpemente, a descompás, en cada canción de boda aún no bailada, refugiándome en ti, contigo. 

Y besarte mucho. 

Sí, quiero: que la vida sea eso que pasa cuando te abrazo mientras te quiero, cuanto te quiero mientras te abrazo. 

Y besarte siempre. 

Sí, quiero, que la vida se detenga en tu espalda, mientras el tiempo avanza en mis manos.

Y besarte en cada lugar.



¡Qué dieciocho años, morena! 

Felicidades, esposa mía. 

Me gustas tanto, te quiero tanto... 

Sábado 17 de marzo de 2007. 
Lunes 17 de marzo de 2025.

Dieciocho años. Mayores de edad. Sigamos.


"... de un loco que vive preso
de la fuente de tus labios."
(La fuente de tus labios (2014). Ecos del Rocío)
Lunes 17 de marzo de 2025

6 de febrero de 2025

Leo 8.

 Avanza el tiempo entre matices de picaresca y ternura a partes iguales. El vaivén de lo vivido, rescoldo y testigo, prueba y estímulo, vida. Avanza y yo no quiero. Avanza sin mi permiso egoísta. 

Ocho años han pasado ya de la cuadratura del triángulo que supuso tu llegada. Contigo el 3 y el 4 se convirtieron en equivalentes. 

Disfruta de la vida como nos haces disfrutar a los que te rodeamos. Sigue con ese toque granuja que me encanta, con esa sonrisa que atraviesa el alma, con esos besos a discreción que me das sabiendo, siempre, que los necesito. Y ven, cada rato, como ahora vienes, a recoger mis miradas y caricias, mis abrazos, mis consejos. Es esta la vida, hijo. Los tuyos. Nosotros. Solo eso. Todo lo demás, verás que artificio, restos de infelicidades, madera inerte.




¡Felicidades, granuja!

Te quiero mucho, te quiero siempre.


Jueves 06 de febrero de 2025